Retorno

IMG_20180318_191540“He vuelto”, fue lo que pensé al salir del mar agitado y frío de Puerto Viejo, mientras dirigía mi mirada hacia el horizonte, donde suponía que debía encontrarse Indonesia. Eran los días previos al Año Nuevo del 2018, mi segunda semana de un retorno definitivo, luego de mi residencia de cuatro años en Asia. Simbólicamente las aguas de la playa de mi infancia recuperaban su lugar, cedido temporalmente al mar cálido del Indico en Bali y Lombok. Y volví a repetir esa frase cuando me detuve frente al imponente edificio centenario de la ferretería que fue de mi abuelo en la esquina de Próspero con Ricardo Palma, en Iquitos.

Volver es reconectarte con los amigos, con las alegrías y las frustraciones del día a día. Y también con los sabores, el mar y los edificios de la infancia.  Pero además ha significado retomar este blog, un espacio que tuve en silencio por demasiado tiempo.

Estando en Indonesia escribí algunos textos; sin embargo, cuando los releía no me sentía cómodo: al redactar en caliente, volcaba mi estado de ánimo y el producto era una catarsis personal impublicable (incluso inoportuna). Y si los edulcoraba terminaban como una publicación de guía de viajes. Ahora, con cierta distancia emocional y ya en otro contexto, puedo abordar las mismas situaciones con menos aprensión.

Fueron años de los cuales guardo una profunda gratitud por un país que nos acogió y que nos abrió los ojos a realidades que desde el Perú nos son difíciles de imaginar. Y en el camino sucedieron muchas cosas trataré de compartir por aquí. Ojalá lo consiga.

 

Un escritor colombiano

Mario MendozaEl avión es un excelente lugar para leer. Se trata, lo dije alguna vez, de un lugar en el que (aún) es posible desconectarse y entrar en un ritmo distinto al que, mientras tanto, se desenvuelve en tierra. Depende ya de uno si se dedica a esperar el sacudón que se siente primero en el estómago o se sumerge en una película o un libro. La verdad es que con tanto viaje a lo largo de los años he tenido vuelos dominados por el temor a la turbulencia (especialmente cuando por estar pronto en casa consigo adelantar el retorno y luego, ya en el aire, me pregunto si le habré hecho el juego a la parca), pero en la mayoría he visto películas memorables y he disfrutado de lecturas que han trascendido la sola experiencia del avión. De esto último trata lo que aquí paso a contar. Sigue leyendo