Un escritor colombiano

Mario MendozaEl avión es un excelente lugar para leer. Se trata, lo dije alguna vez, de un lugar en el que (aún) es posible desconectarse y entrar en un ritmo distinto al que, mientras tanto, se desenvuelve en tierra. Depende ya de uno si se dedica a esperar el sacudón que se siente primero en el estómago o se sumerge en una película o un libro. La verdad es que con tanto viaje a lo largo de los años he tenido vuelos dominados por el temor a la turbulencia (especialmente cuando por estar pronto en casa consigo adelantar el retorno y luego, ya en el aire, me pregunto si le habré hecho el juego a la parca), pero en la mayoría he visto películas memorables y he disfrutado de lecturas que han trascendido la sola experiencia del avión. De esto último trata lo que aquí paso a contar. Sigue leyendo